En 2015, Emilio García presentó Brain Heart, una escultura que fusiona un cerebro con la forma anatómica de un corazón humano. La obra explora la relación entre la razón y la emoción, planteando una pregunta universal: ¿con qué decidimos, con el corazón o con el cerebro? A menudo atribuimos emociones al corazón y racionalidad al cerebro, pero en realidad, nuestras decisiones surgen de una compleja interacción entre ambos. Brain Heart representa la diversidad de pensamiento y la equidad entre culturas, sugiriendo que la inteligencia y la sensibilidad son universales, más allá de fronteras y diferencias.
El proyecto debutó en 2015 con una instalación impactante: 70 corazones de 70 colores diferentes suspendidos en una pared, simbolizando la pluralidad de ideas y sentimientos. Desde entonces, Brain Heart ha estado presente en numerosas exposiciones en diferentes tamaños y materiales. Entre sus versiones más destacadas se encuentran las cromadas mediante baño electrolítico, que le otorgan un aspecto futurista y casi etéreo, reforzando la conexión entre la biología y la tecnología.
A través de esta obra, Emilio García invita al espectador a cuestionarse el origen de sus pensamientos y emociones, explorando la sutil frontera entre el instinto y la razón.