En 2016, Emilio García presentó Sponge Brain, una escultura que fusiona un cerebro humano con la inconfundible silueta de Bob Esponja. La obra simboliza la asombrosa capacidad del cerebro infantil para absorber información, reflejando la neuroplasticidad y el aprendizaje continuo en los primeros años de vida.
Durante la infancia, el cerebro forma nuevas conexiones a un ritmo acelerado, moldeado por cada experiencia y estímulo. Este proceso influye en el desarrollo cognitivo y emocional, determinando en gran medida el futuro del individuo. Sponge Brain captura esta esencia, convirtiendo lo lúdico en una metáfora del conocimiento en expansión.
La pieza debutó en Art Fair Tokyo 2016, y en 2017 fue la protagonista del primer solo show de Emilio en Asia, celebrado en JPS Gallery. Aunque ya había trabajado con el mercado asiático con Jumping Brain, fue Sponge Brain la que amplió significativamente su presencia en el circuito del arte contemporáneo en la región. En 2019, se presentó en gran formato en Art Convex Hong Kong, y en 2020 llegó a Urvanity Fair Madrid, consolidándose como una de sus esculturas más icónicas. Con Sponge Brain, Emilio García invita a reflexionar sobre el potencial del pensamiento y la importancia de estimular la creatividad desde la infancia.